Primero llegó la slow food o comida saludable, local y de kilómetro 0. Después las slow cities o ciudades para la gente, de la mano de urbanistas como Jahn Gehl. La slow fashion también ha revolucionado la forma en la que vestimos, e incluso hemos hecho algunas intentonas con el slow work. Era cuestión de tiempo que el adjetivo de moda llegara a nuestra actividad favorita: ¡viajar! Y la verdad, estamos encantados de que sea así. ¿Te vienes a conocer la filosofía slow travel con nosotros?
Indice de contenido
¿Qué es el slow travel?
En realidad, para nosotros slow travel es mucho más que un adjetivo o una expresión de moda. Es toda una filosofía de vida. Un verdadero arte.
Slow travel no significa solo «viajar despacio», como su traducción literal podría sugerir.
Slow travel implica mucho más: es descubrir el placer de viajar sin prisas, disfrutando a fondo de cada momento y conectando profundamente con las costumbres, la gente, la gastronomía… de los lugares que visitas.
Slow travel es dejarse el reloj en casa, huir del turismo masificado y de esos viajes que más que momentos para el descanso y el disfrute, parecen maratones.
Esta corriente de turismo slow radica, precisamente, en viajar sin que parezca que haces turismo.
Pero lo más importante del slow travel es saborear y disfrutar cada momento, dejando la urgencia, las listas de to-dos y el postureo a un lado.
Orígenes del slow travel
Como comentábamos al principio del artículo, la madre del slow travel fue el movimiento slow food, que surgió en Italia hace ya casi 3 décadas, época en la que lo americano empezaba a ponerse de moda en Europa.
Cuando el periodista Carlo Petrini se topó con un nuevo McDonald’s en un icónico edificio de la Plaza de España de Roma, supo que había que moverse para que el fast food no colonizara a la deliciosa y saludable alimentación autóctona.
Esta fue la semilla de la asociación slow food, que ya está presente en más de 150 países y que apuesta por una alimentación a base de productos frescos, estacionales y, por supuesto, para chuparse los dedos.
Con el paso de los años esta corriente slow ha ido ampliándose hasta crear toda una filosofía, que abarca desde la vida slow hasta los negocios, las slow cities… y, por supuesto, los viajes slow.
Hoy en día el movimiento slow travel se ha extendido a todo el mundo. Y de hecho, España es una buena embajadora: el slow travel ya está triunfando en la mayoría de las zonas rurales, y en comunidades como Galicia tienen hasta una web dedicada al turismo slow.
Lo bueno de esta corriente es que no hace falta que un señor venga y te diga si eres slow o no: en nuestro país ya hay muchos alojamientos que son slow travel sin saberlo, porque llevan siéndolo toda la vida.
¿Sus características? Son alojamientos integrados en el entorno, relajados, sostenibles, que cultivan experiencias de bajo impacto para la naturaleza y de gran valor para sus clientes. Una delicia, vaya.
(Por cierto, si te apetece disfrutar de Galicia en plan slow, te recomendamos nuestra ruta mindfulness por el Camino de Santiago marítimo).
¿Por qué triunfa el slow travel?
El estrés al que nos sometemos durante todo el año, unido a los estragos que ha causado el turismo low cost, está consiguiendo que cada vez más personas opten por unas vacaciones más pausadas y disfrutonas, caracterizadas por lo siguiente:
Descanso y bienestar
¿Alguna vez has vuelto de un viaje que iba a ser maravilloso y te has dado cuenta de que estabas agotado?
Estamos seguros de que sí, y sabemos que no es una sensación agradable: parece que las vacaciones se convierten en un objetivo más que cumplir, porque hay que ir a cuantos más sitios mejor para decir que «has estado ahí».
Al final, de tanto correr acabas hecho polvo y deseando tomarte unas vacaciones de tus vacaciones, ¿verdad?
Bien, pues eso es precisamente lo que se intenta evitar con el slow travel. El slow travel prioriza el descanso, la desconexión de la rutina y, por tanto, potencia esa sensación de bienestar que tanto buscamos.
Conexión y mindfulness
Viajar en plan slow te hace ser más consciente de tus sensaciones y de tus necesidades, te permite escucharte y conocerte mejor a ti mismo. Dicho de otra forma, está muy relacionado con el mindfulness.
Un viaje slow es el medio perfecto para desconectar de lo externo, de la prisa que domina nuestra vida cotidiana, y conectar con lo más importante: tu ser esencial.
Otro punto de vista
El slow travel no solo te permite conectar contigo misma, sino que también posibilita visitar los destinos a los que viajas de otra forma, con otros ojos.
Te permite disfrutar del trayecto, de la gente, de la gastronomía local, de cada rincón… En definitiva, permite que te integres en el destino al que viajas.
Y eso vale más que mil likes en Instagram.
Sostenibilidad
Sí, viajar en plan slow travel también es más ecológico y responsable con el medio ambiente.
El viajero slow tiene preferencia por alojamientos tradicionales, con arquitecturas integradas en el paisaje, que sirvan comidas de buena calidad y a base de alimentos locales… Para disfrutar al máximo causando un impacto mínimo en el medio ambiente.
El slow travel demuestra que se puede disfrutar de la vida -y de las vacaciones- sin arrasar con todo lo que encontramos a nuestro paso. Como ves, todo son ventajas.
Exclusividad: el nuevo lujo
El slow travel no tiene por qué estar intrínsecamente unido al lujo, pero sí es cierto que tiene un toque exclusivo, en el sentido de que intenta escoger las rutas menos transitadas y huye del turismo tradicional y masificado.
Aunque en realidad todo depende de lo que uno entienda por lujo. Por ejemplo, ¿qué es más lujoso para ti?
- Desayunar sin prisas y en plena naturaleza, mientras escuchas las melodías de los pájaros y la luz del amanecer te espabila poco a poco, preparándote para un largo y relajado paseo por tu destino.
- Desayunar lo mismo de todas las mañanas en el buffet de tu resort todo incluido, mientras esquivas turistas que van con prisa porque tienen que coger sitio en la piscina.
Dependiendo de tu respuesta, sabrás si el slow travel es o no para ti.
Aunque algo nos dice que si estás leyendo esto eres más del equipo A ?
¿Esta forma de viajar te suena demasiado bonita para ser verdad? Pues tenemos una buena noticia: ya hemos creado ser más consciente de tus sensaciones para ti (¡con mucho amor!).
Para nosotros no hay forma más auténtica y agradable de viajar que el turismo slow, y lo cierto es que no podemos evitarlo: todos nuestros viajes, ya sean retiros a islas exóticas o escapadas rurales, se han ideado bajo esta filosofía del slow travel.
Así que si buscas un viaje que te transforme por dentro, que te deje como nuevo y que resulte un deleite para tus sentidos, tu cuerpo y tu alma… Vente por aquí.
Pero ya sabes: sin prisa, que así se disfruta más.